Por SAIGON ART MAG 18 de noviembre de 2023
Este jueves se ha inaugurado la exposición “La contraseña, nuestra contraseña”, de Álvaro Porras en la Galería Jorge López, una exposición que viene acompañada por tres poemas Marina González Guerreiro y que funciona como una manera de organizar las líneas de investigación del artista abiertas tanto dentro, como fuera de la práctica artística, de las que establece una conexión mediante la codificación formal.
Los conceptos principales de la exposición son “puerta”, “puente” y “portal”, en este sentido, la puerta es un elemento que separa el mundo de la continuidad, es un símbolo de la transición y la transformación, el puente es un símbolo de conexión entre dos partes, pero que se extiende en la distancia, Álvaro Porras recoge una reflexión de Walter Benjamín sobre un puente a Saturno que utilizaba para para explicar el proceso de transformación urbana como un proceso consecuente de la Revolución Industrial y la implementación de la arquitectura en hierro, lo que refleja sobre el plano material al utilizar óxido de hierro como pigmento, por último, el portal se entiende como un vacío que sale hacía el abismo, se conecta con lo desconocido, pero a diferencia de la puerta, que divide, el porta hace convivir en el mismo espacio dos realidades distintas.
Imágenes por: "Galería Jorge López"
Por otra parte, desde el punto de vista formal, esta exposición funciona como un repaso general de toda la historia del arte occidental, es una muestra en la que la iluminación participa en un papel fundamental, de tal forma, que con la manera en estratos que está hecha la obra, la luz incide sobre los distintos niveles de profundidad del formato y refleja las capas inferiores, a medida que el ojo del espectador se acostumbra al reflejo, los registros se van haciendo visibles, es una obra muy contemplativa, que da un resultado arqueológico de referencias y modelos de la historia del arte, se pueden apreciar en las obras desde la pincelada de Tiziano, características del arte povera, también de la pintura mural del renacimiento o modelos de Rothko por la graduación tripartita, también se encuentran elementos del informalismo en cuanto al gesto que permite seguir el movimiento de la mano y el cuerpo sobre la superficie, por otro lado, la paleta es mucho más compleja de lo que parece a simple vista, al observar el formato con detenimiento se distinguen muchos tonos y muchas maneras de cubrir la superficie desde dejar algunas partes con la imprimación a la vista, otras zonas del lienzo están muy veladas las distintas capas, o en otras partes del lienzo utiliza una pincelada con mucha carga de pigmento, algunas obras de la exposición tienen un tratamiento casi caligráfico por el uso del carboncillo y que enlaza con la “puerta” como concepto, que al mismo tiempo funciona como una referencia a la escuela de paisajes de Cuenca al reducir los elementos a las formas más elementales.
La exposición se nota que está hecha con mucho cuidado, el fundamento teórico es muy sólido y el artista demuestra mucha preocupación por el resultado final, todas las obras presentadas son mucho más complejas de lo que parecen a simple vista, el resultado es muy expresivo sobretodo en cuanto a las texturas y sobretodo es muy difícil en el plano conceptual, no exagero si digo que es probablemente una de las mejores exposiciones de la temporada.
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